Vinalia Trippers: “Duelo al Sol” #13_ ilustración relato
Vinalia Trippers llega al número trece (sin asociación alguna con el mal fario y si por contra celebrando su mayoría de edad, ofreciendo desde 1996 relatos subterráneos al respetable) bajo el título “Duelo al sol”: un homenaje al Salvaje Oeste que conduce al lector por el lado oscuro del sueño americano y almeriense buscando el camino de baldosas amarillas...
“Siempre en nuestra línea, desde los márgenes y las trincheras, hemos desenterrado el hacha de guerra y nos hemos zambullido de cabeza en el Far West (más el de Sergio Leone que el de John Ford, más en el fango que en las praderas), bien provistos de peyote, balas y tequila... Spaghetti (y acid y weird) western, oro, ferrocarriles, salones, prostitutas, duelos, venganzas, tramperos, tahúres, predicadores, traiciones, caballos, carros, cactus, bandidos, confederados, yanquis, desiertos, asaltos, serpientes y alacranes, tipis, caravanas, esclavos, cimarrones, Billy el Niño, Morricone, Castaneda, Clint Eastwood, Klaus Kinski, caspa, mugre, cárceles, tótems, Custer (vade retro), Lafuente Estefanía, ahorcados, linchamientos, fuertes, asedios, cabelleras, brujos, maldiciones, Sancho Gracia, 800 balas, México, pipas de la paz, Buffalo Bill, Gerónimo, Toro Sentado, La Frontera, Soldado Azul...
No entro a enumerar en esta ocasión la amplia nómina, que roza casi el centenar entre escritores, poetas e ilustradores. El suplemento Poemash (que adjunta habitualmente la revista), titulado esta vez “Deseo de ser Piel Roja”, está dedicado a los indios norteamericanos y al poeta recientemente fallecido Leopoldo María Panero.
El relato que se me asigna se titula LA VENGANZA DE TUCO (Il Spettacolare Ritorno di Tuco Benedicto) y viene de la mano de José Angel Barrueco. Eli Wallach, el actor que dio vida al repulsivo bandido Tuco en el film de Sergio Leone “El bueno, el feo y el malo”, falleció este pasado año. Y aunque en un primer momento intento plantear algo más al uso en la línea carteleria spaghetti western, no consigo ir más allá del tópico. Así que decido volver a mis bestiarios, y armar un compendio de individuos buenos, feos y malos… pero conformando una pandilla de cartoons enloquecidos más propia de un episodio de Tex Avery que de un rollo de celuloide western.
Los nueve personajes tienen en común una misma pose e indumentaria, variando el aspecto facial y el objeto sostenido en la mano izquierda. Como las antiguas fotografías de las atracciones de feria en que el sujeto saca la cabeza por el hueco de un telón o decorado pintado para dicho fin retratístico. El traje de marshall dispone de la estrella acreditativa, revolver al cinturón y sombrero de ala ancha. A partir de ahí la mecánica es bien sencilla. Imprimo varios de estos trajes sin identidad y voy completando a base de dibujar caras y objetos.
En los personajes además del punto loco cartoon no falta un sentido surrealista sin lógica alguna en la composición y asociación de cada uno con el objeto que porta. Para rematar la jugada, y esto ya fuera de la faena de ilustrar el relato, decido bautizarlos con nombre y apellido siguiendo los usos y costumbres del apodo western, descriptivos y sonoros (sin abandonar el tono delirante): “Richard Smileyface Jordan” un smiley en posesión de la bolsa del oro, "Marshall Bony Cogburn" un homenaje al John Wayne tuerto.. que sostiene un gran femur, o "The Aussie-boy", un outlaw adolescente que empuña un boomerang, de ahí su mote…
Había llovido mucho desde la última presenta del zine al que pude asistir, pero por coincidencia con fechas navideñas me fue posible personarme en el Gran Café de León el 19 de diciembre del pasado año para asistir a una velada con actuaciones musicales de lo más acorde: abrieron tres cuatreros leoneses, banda conocida como “Los 3 Norteamericanos”, que ejerciendo de Mercenarios del inconmensurable Dogo, interpretaron un “Kung-Fu Cowboy” (Zoquillos) que puso el saloon patas arriba. Después tomó el escenario Astray (por circunstancias ajenas sin sus Impasibles) demostrando que aun en solitario no le tiembla la mano y su solvencia es la más letal con una guitarra entre las manos a este lado del rio Bravo. Sin olvidar las lecturas separando fases a cargo del marshall y alguaciles.
Labels: Editorial, Ilustración
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